La capital de los EEUU cuenta ya con una nueva y flamante joya en su colección de impresionantes museos: el Newseum, o museo de la noticia. Con sus 76.000 metros cuadrados, 14 galerías, 15 salas de proyección, y un monumental fachada de mármol, este museo constituye un verdadero templo para aquellos que veneran las noticias y aman el periodismo. Un refugio en el que cristaliza la vertiginosa y efímera actualidad y se torna imperecedera.
El Newseum cuenta con miles de fotografías históricas, algunos de ellas ganadoras del Pulitzer, centenares de horas de grabaciones de vídeo, y más de 6.000 objetos destinados a contar la historia del periodismo desde su nacimiento.
Entre todo este material, figuran curiosos fetiches de la información como el lápiz del reportero asesinado que presenció la batalla del Little Big Horn, en la que murió el legendario general Custer, la furgoneta cosida a balas utilizada por los periodistas de la revista Time en el asedio a Sarajevo, o los restos de la antena parabólica situada en el techo del World Trade Center.
Sin embargo, la motivación que impulsó a Al Neuharth, fundador del rotativo norteamericano de mayor tirada, el 'USA Today', a recaudar fondos para hacer realidad este museo va más allá de saciar la curiosidad del pública. Se trata de inculcar a las nuevas generaciones la importancia de la libertad de expresión y de prensa para una sociedad libre.
"El objetivo, provocar una conversación interactiva, que no sea aburrida y parezca un sermón, sobre nuestros cinco derechos básicos. Es una oportunidad increíble para hacer una pedagogía efectiva", explica Alberto Ibargüen, presidente de la junta directiva del mueso.
Los "cinco derechos" a los que se refiere Ibargüen son los incluidos en la primera enmienda de la Constitución norteamericana, que se encuentra esculpida en una monumental tabla de mármol de más de 25 metros de longitud situada en la fachada del edificio.
En total, han sido necesarios más de 10 años y 450 millones de dólares –unos 286 millones de euros- para hacer realidad el sueño de Neuhart. Los fondos han sido básicamente proporcionados por varias fundaciones dedicadas a promocionar la libertad de prensa, entre ellas la ONG Freedom Foundation, que preside el propio Neurhart.
Puesto que no es un proyecto estatal, a diferencia de la mayoría de museos de Washington, no es gratuito. La entrada estándar cuesta 20 dólares (poco más de 12 euros).
Dotado de centenares de ordenadores y vídeos, e incluso un estudio de televisión en el que aquellos que sueñan en presentar algún día el telenoticias pueden situarse ante el 'telepromter' y grabar su primer programa, a los gestores del museo les encanta presumir de que es el "más interactivo del mundo".
Ford Bell, presidente de la Asociación Americana de Museos no va tan lejos, pero reconoce que ésta es una de sus principales cualidades. "Éste puede ser el museo más interactivo del mundo, aunque no puedo probarlo", ha declarado Bell.
El museo abre sus puertas en un momento en el que el futuro de los medios de comunicación tradicionales es una incógnita. En concreto, los periódicos han registrado una caída constante en los últimos años en los EEUU. El museo realizan también una aportación a este debate. "El futuro del cuarto poder, como el primer borrador de la historia, aún debe escribirse", reza uno de los paneles del museo.
FUENTE: EL MUNDO
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