06 junio 2008

Presentado el libro de memorias de Diego Domínguez


“Pinceladas de una historia”, el libro de memorias del periodista y pintor Diego Domínguez Herrero, fue presentado anoche, en el transcurso de un emotivo acto que organizó la Asociación de Periodistas – Asociación de la Prensa de Almería en el salón de la Delegación para la Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía. Los también periodistas Antonio Fernández Gil “Kayros” y Miguel Ángel Blanco Martín tuvieron palabras entrañables para un libro lleno de sentimientos y para un profesional que supo siempre primar lo positivo de los hechos y acontecimientos. El autor estuvo rodeado de más de un centenar de familiares y amigos que quisieron rendir homenaje de reconocimiento y cariño a quien durante cuarenta años ejerció el periodismo con dedicación y sencillez.
Francisco J. Lucas Capel, vicepresidente de la Asociación de Periodistas hizo la presentación del acto, justificando la ausencia de la Presidenta, Covadonga Porrúa, en Sevilla por motivos profesionales. Lucas tuvo también palabras de felicitación para el autor del libro, reconociendo su esfuerzo y trabajo. Asimismo se refirió al apoyo que la Asociación solicita para que el caricaturista argelino Alí Dilem pueda evitar la cárcel.

EL PERIODISMO DE CALLE
“Diego Domínguez, dentro de su sencillez, nunca tuvo una crítica negativa hacia nadie, siempre buscaba lo positivo de las cosas”, afirmó Miguel Ángel Blanco, refiriéndose a la condición de crítico de arte del autor del libro. Blanco realzó la labor de los viejos periodistas, a los que dijo que siempre se acercaba para aprender de ellos, resaltando una frase de hace doce años de Domínguez y de su compañero en las tareas periodísticas, Manuel Román: “Nuestra generación de periodistas no ha tenido tiempo”. Con ello, Miguel Ángel Blanco quiso destacar la dedicación del viejo periodismo, reivindicando la realidad del día a día, de la calle, para intuir la noticia; en contraposición a los tiempos actuales en que muchos periodistas conocen el mundo por Internet.
Antonio Fernández Gil “Kayros”, ex - compañero de Domínguez en la redacción de “La Voz de Almería”, ahondó más en lo que es en sí el libro, que calificó como lleno de detalles, de mucha sensibilidad, con un estilo preciso, que nos ofrece la imagen clara del pueblo que vio crecer al autor, Zurgena, donde ya se presagiaba la situación de pre – guerra civil. Después refirió la faceta de Domínguez que entró como dibujante en “Yugo” para poco a poco formarse como redactor. Para Kayros, Domínguez siempre se caracterizó por un estilo que venía a ser “una pócima que contentaba a todo el mundo”: “Nunca hizo daño, siempre sacaba lo positivo”, destacó. Finalmente alabó la importancia de los libros de memorias que ayudan significativamente a conocer el pasado y la realidad de las cosas y los hechos.

“PINCELADAS DE UNA HISTORIA”
Diego Domínguez, visiblemente emocionado, agradeció tantas muestras de cariño afirmando que si bien nunca ha podido alejarse del camino sencillo, el escribir este libro, “ha valido la pena. Ha sido recordar aquellos tiempos únicos y maravillosos. Gestos y hechos nunca borrados de mi memoria”. Una cerrada ovación corroboró sus palabras.
Diego Domínguez Herrero, socio vitalicio y uno de los decanos de la Asociación de Periodistas – Asociación de la Prensa de Almería, muy cerca de cumplir 87 años, recogió el reto que le lanzó una de sus hijas y se puso manos a la obra. El resultado son 320 páginas llenas de sentimiento y emotividad. El autor, durante cuatro décadas consagró su vida al periodismo, primero como dibujante y después como redactor del diario 'Yugo', después 'La Voz de Almería'. Fundamentalmente se ocupó de las informaciones municipal, militar, de sucesos y de arte. Como pintor ha desarrollado también una intensa actividad, sobre todo una vez alcanzada la jubilación. Sus obras, muchas de ellas extraordinarios retratos, pueden verse en instituciones almerienses. 'Pinceladas de una historia' es un relato de recuerdos, vivencias y acontecimientos en la vida de Domínguez. Desde su niñez y su juventud en Zurgena, hasta su venida a la capital donde definitivamente montó su residencia, sin dejar nunca su condición de zurgenero. Abunda en todas las etapas de sus ya sobrepasados ochenta años, teniendo un emocionado recuerdo para su hijo primogénito, Diego, fallecido en 1982.

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