La FAAP, contra el uso que hacen los partidos del trabajo de los periodistas

La Federación Andaluza de Asociaciones de Periodistas reitera su rechazo al uso que los partidos políticos hacen durante la campaña electoral del trabajo de los periodistas. No estamos dispuestos a permitir que nuestro trabajo se vea mediatizado y escrutado y a que los periodistas nos convirtamos en moneda de cambio o en títeres en manos de dirigentes de los partidos o asesores de los mismos. De la misma manera rechazamos que nuestro trabajo sea analizado por las Juntas Electorales y que sean estos organismos quienes pretendan erigirse en redactores jefes de los medios públicos. Rechazamos que la información electoral se organice en bloques distribuidos de manera proporcional, de la misma manera que rechazamos que los partidos quieran filtrar nuestro trabajo y presionar sobre la labor de los profesionales para convertir la información en propaganda en función de sus propios intereses. Si los partidos políticos son una parte sustancial del sistema democrático, también lo es una información libre y veraz. Cuando pasen las elecciones la FAAP convocará a todos los colectivos periodísticos para elaborar unas normas de autorregulación que evite, en el futuro, los bloques informativos en periodo electoral, la utilización del trabajo profesional con fines partidista y los obstáculos de los partidos a la labor profesional. Convocaremos a las centrales sindicales, a los comités de redacción de los medios públicos, a los consejos de administración de estos mismos medios y a las facultades de periodismo para sentar las bases de un sistema diferente de cobertura electoral que evite la presión y el filtro de los partidos y los intentos de mediatizar a los periodistas. No podemos consentir que se pretende imputar como delito electoral a una redactora de Canal Sur por una pregunta formulada el Día de Andalucía al presidente de la Junta o que se recurra cada dos por tres a la Junta Electoral para que este organismo diga cómo cubrir una noticia. Los periodistas nos sentimos humillados y utilizados. Estimamos que ha llegado el momento de decir basta.