Los periodistas celebramos el día 24 la festividad de
nuestro patrón, San Francisco de Sales, en uno de los periodos más críticos de
la historia del periodismo en España. Paro elevado, expedientes de regulación
de empleo sin freno, rebajas salariales y ofertas de trabajo sin remuneración,
componen un cuadro desolador.
A esta situación se unen las constantes limitaciones a la
libertad de expresión y al derecho de información con el recurso, sobre todo
por los políticos, de las ruedas de prensa sin derecho a preguntas, un método
reprobable porque hurta al ciudadano la respuesta a los problemas que
condicionan su vida.
Poco hay que celebrar en este día, pero llamamos de nuevo la
atención de los ciudadanos y de las instituciones sobre la importancia de que
la libertad de prensa y el derecho de información mantengan su solidez como
pilares fundamentales de la democracia.
Nuestra profesión es más necesaria que nunca en su papel
primordial de proporcionar a los ciudadanos la información independiente, veraz
y ecuánime que les ayuda a ser libres. Y los periodistas estamos orgullosos de
ejercer esta función democrática.
En esta línea, la FAPE defiende un periodismo basado en la
lealtad a los ciudadanos y en el control de los poderes, sobre todo en un
momento en el que los casos de corrupción destapan en nuestro país tramas de
intereses que atentan contra la transparencia y la democracia.
Este llamamiento forma parte del “Manifiesto en defensa del
periodismo”, difundido en octubre del pasado año, que desarrolla dos ideas
básicas en que ha estado trabajando la FAPE en los últimos meses: sin
periodistas no hay periodismo y sin periodismo no hay democracia.
En este manifiesto, suscrito por parlamentos, ayuntamiento y
diputaciones, destacamos:
-QUE la libertad de información se debilita cuando el
periodismo se convierte en una fuente de manipulación, de sensacionalismos, de
odios y de defensa de intereses ajenos al bien común.
-QUE esa
misma libertad queda dañada cuando se convocan ruedas de prensa sin
derecho a preguntas y cuando los representantes públicos se niegan a comparecer
para dar cuenta de sus actividades en el ejercicio del poder.
-QUE es
necesario el ejercicio responsable del periodismo por parte de periodistas y
editores, basado en el cumplimiento de normas éticas y deontológicas y en
valores como la integridad y el rigor.
-QUE la supeditación de la ética a la dictadura de la
audiencia conduce a la inmoralidad y a la ilegalidad, como nos ha demostrado en
el Reino Unido el caso del News of the World.
-QUE el
derecho de información y la libertad de expresión pierden fuerza y eficacia
cada vez que desaparece un medio.
-QUE unos periodistas mal pagados, y más si no perciben
salario alguno, difícilmente podrán resistir las presiones de los poderes, sean
del tipo que sean, para difundir informaciones sesgadas, interesadas y en
algunos casos falsas.
-QUE el elevado paro en el sector está propiciando que los
editores abonen cantidades humillantes a colaboradores y free lance.
-QUE los Gobiernos y las instituciones no pueden mirar hacia
otro lado cuando empresarios sin escrúpulos quieren convertir un espacio de
libertad, como es un medio de comunicación, en un taller de esclavos ofreciendo
empleos sin remuneración.
-QUE el futuro del periodismo está en la calidad del
contenido que elaboren los periodistas sea en el soporte que sea. Si los medios
renuncian, como están haciendo, a las buenas historias, a los buenos reportajes
de investigación, a las buenas crónicas de los corresponsales, poco
podrán hacer para convencer al usuario de que es necesario pagar por los
contenidos.
-QUE las
administraciones tienen que incentivar los proyectos de los periodistas emprendedores
que buscan alternativas a la crisis con ideas valientes y novedosas.
-QUE la
defensa de la libertad de prensa, del derecho de información y del ejercicio de
un periodismo digno y dignamente remunerado, atañe también a las
instituciones y a los ciudadanos.
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