25 enero 2009

Juan del Río: "La fe da alma a la labor de los periodistas, que no deben ser meros contadores de cosas"


La capilla de la Casa de la Iglesia, sede del Obispado de Jerez, se ha llenado de periodistas jerezanos que han festejado a su Patrón, San Francisco de Sales, por medio de una celebración de la Eucaristía que ha sido oficiada por Monseñor Juan del Río Martín, el Arzobispo Castrense y actual Administrador Apostólico de la Diócesis de Asidonia-Jerez.

Del Río, que es presidente de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social, ha tratado a los profesionales presentes como compañeros en el ejercicio de una profesión "que tiene problemas muy serios y más importantes que mover la fecha de una celebración". Así, ha abordado la realidad periodística, en su homilía, con la sensibilidad de quien conoce el mundo de la comunicación.

"La fe da alma a la labor de los periodistas, que no deben ser meros contadores de cosas" ha señalado el arzobispo destacando que "los mejores profesionales han sido siempre hombres y mujeres cercanos al Humanismo, al que tanto ha aportado la Iglesia históricamente".

Los regalos del Santo

El Arzobispo Del Río cerró la celebración con lo que denominó "regalos del Santo", que estaba representado en la capilla por medio de una imagen cedida por la jerezana Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias. De este modo, realizó tres anuncios:
-La concesión pontificia de siete distinciones a otros tantos diocesanos (cuyo detalle remitimos en otra nota).
-La próxima firma, el 12 de febrero, de un convenio con Cajasol para la dotación de personal para el mantenimiento de los Archivos y Bliblioteca Diocesana.
-Otra colaboración, esta vez de la Diputación Provincial, para la restauración, a cargo de la empresa Ressur S.L., de las imágenes del Apostolado de Juan de Arce presentes en los pilares de la Catedral de Jerez.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pasó la fiesta del patrón, del patrón de los periodistas católicos, y volvimos de lleno a los atascos, a los comentarios de fútbol, a llevar a los niños al colegio, a las manifestaciones de las víctimas que está dejando la crisis y, por fortuna, con la que está cayendo, a pagar las hipotecas. Respondieron a la invitación del Arzobispo, no sé si muchos o pocos, los periodistas que quisieron. Lo hicieron de buen grado, no por imposición, ni desfilando con el resto del gremio como en las dictaduras de izquierda, de las que abomino; donde a falta de santoral inventan sus propios martirologios plagados de caídos por la patria y la revolución. Ni como en las dictaduras de derecha, como en la franquista, con sus mártires, - cierto es que los extremos se tocan- blasfema donde las haya, paseando sus vergüenzas bajo palio. De lo que no abomino es de mi profesión, ni de mis compañeros, cristianos, católicos, protestantes y ateos, a los que, de no ser por problemas que sólo a mí me atañen, procuraría prestar más atención y ayuda, como solía ocurrir hace unos años.
Pasó el patrón…

Anónimo dijo...

Y Pablo cayó del caballo...